Los procesos de participación en el hogar es algo fundamental en el desarrollo personal de los niños, niñas y adolescentes. Ser escuchada, sentirse escuchado … ES ESENCIAL ESCUCHAR SUS VOCES en todos los espacios, también en casa, haciendo que sean protagonistas y partícipes de su propio aprendizaje y crecimiento. Tener un lugar, hablar con voz propia, poder opinar y aportar aquello que somos, nos ayuda a definir la propia identidad; nos ayuda a sentirnos parte; y nos ayuda a crecer y asumir responsabilidades.
Es importante ir generando espacios de participación intergeneracional desde que los niños y niñas empiezan a relacionarse de una forma activa y propositiva y en todas sus etapas de vida, pues esto nos va a garantizar acceder a procesos muy interesantes con ellos y ellas.
Un ejemplo práctico relacionado con la participación y la toma de decisiones sería el establecimiento de normas y límites que regulan los espacios de convivencia y relación. En los espacios compartidos en los que existe convivencia cotidiana, se hacen necesarias normas que delimiten, regulen y organicen acciones y relaciones de forma óptima y fluida.
Los niños, niñas y adolescentes necesitan ir aprendiendo dichas normas y pautas para poder ir incorporándolas en sus vidas junto con los adultos. Los más pequeños y pequeñas no aprenden a regular sus comportamientos de forma espontánea, sino que lo hacen principalmente por imitación de sus iguales, a la vez que necesitan de la referencia de sus adultos más próximos.
En este proceso de aprendizaje, se hace necesaria y muy importante la participación en la definición de las pautas. Hablar, llegar a acuerdos, establecer pactos, … van a convertirse en pasos esenciales en esta compleja tarea.
“Cuando me siento parte de alguna propuesta, me implico y me identifico con ella, para llevarla a cabo”… Éste sería un planteamiento fundamental para promover que los propios niños, niñas y adolescentes se sientan partícipes de la definición de normas en cualquier espacio.
Establecer estas pautas en el entorno cotidiano más inmediato, como lo es el hogar, nos va a favorecer una base educativa para cada persona menor de edad, de manera que muy probablemente va a ser capaz de transferir dicho aprendizaje a otros entornos. La escuela, el grupo de Tiempo Libre, las actividades extraescolares van a ser de nuevo espacios en los que educadores y niños, niñas y adolescentes van a tener que hablar para gestionar y regular las normas y pautas, siempre a partir del ejemplo, el diálogo y la participación activa.
No podemos olvidar que la regulación de conflictos, relaciones y normas va a ir variando en función de la edad y el entorno, así que nos hallamos ante un fenómeno de ajuste y negociación activo y continuo. Será así pues la época de la adolescencia un momento de nuevo complejo en la regulación de pautas, normas y límites, que requerirá de más diálogo y negociación si cabe que en la infancia y adolescencia.
Recordemos que la clave esencial en todo este proceso va a ser la ESCUCHA Y LA PARTICIPACIÓN. ESCUCHAR LA VOZ DE LOS NIÑOS, LAS NIÑAS y LOS
ADOLESCENTES TIENE UN PAPEL ESENCIAL PARA HACER POSIBLES SUS DERECHOS.
Para más información:
– comunicaconrespeto@dnicostarica.org María José Murillo, DNI Internacional Costa Rica
– comunicacion@grupodeinfancia.org Beatriz Migues Pouy, GSIA
– ntello@didania.org Nerea Tello, DIDANIA
– adolfo.lacuesta@proyectosolidario.org Adolfo Lacuesta, Proyecto Solidario
– giovana@dni-es.org Giovana Cangahuala, DNI Internacional España